Ahora es cuando me arrepiento de todas las fotos que no me hice, de todos los mensajes que dejaba para después, de todas las comidas que me perdí, de poner los abrazos tan caros, y sobretodo, de todas las palabras que me callé.
Me queda mucho por aprender y me hubiese gustado que me lo enseñases tú, pero por desgracia la vida me lo impide. Aunque recuerdo todas las palabras que me decías, siempre buscando mi bien, palabras que hoy llevo grabadas en el alma.
Todo lo que consiga en esta vida será por ti, te prometo que no te voy a defraudar.
Aunque ya no pueda estar a tu lado, te veré en cada vencejo que se cruce en mi camino.
Siempre en mi.
Tu Ana.